Al sureste de la provincia de Albacete y a 110 kilómetros de la capital se encuentra la localidad de Bienservida, en la comarca de la Sierra de Alcaraz. Con sus poco más de 700 habitantes está rodeada de forma natural por los montes Padrón y Cerro Vico, así como el nacimiento del río "La Madre", lindando con la provincia de Jaén y Ciudad Real.
Bienservida es una localidad que le confiere la huella que el paso de las civilizaciones ha dejado en la misma, como las herramientas encontradas del Paleolítico y el Neolítico (la pieza más relevante, el "León de Bienservida" de la civilización íbera) o la Iglesia de San Bartolomé del siglo XVI.
Es un municipio eminentemente agrícola, con una gran extensión de cultivo de olivar, que incluso cuenta con su propia cooperativa, “Nuestra Señora de Turruchel”. Ofrece una amplia oferta natural, cultural y gastronómica para aquellos que quieran conocer de cerca un tesoro desconocido por muchos en plena Comarca de la Sierra de Alcaraz.
Además de su impresionante Iglesia de San Bartolomé, Bienservida muestra fascinantes parajes llenos de color con espacios naturales inigualables como La Pileta, un valle rodeado por una formación rocosa, El Padrón, que en su cima nace una fuente cuya agua se une al río "La Mesta". Sus alrededores son un lugar idóneo para excursiones y acampadas. La Subida al Tejo Milenario es un buen ejemplo de ello.
En Bienservida se puede contemplar lo mejor de la montaña gracias a los Circuitos Provinciales de Carreras Populares y de Trail “Diputación de Albacete” que se celebran periódicamente. Y para degustar en fiestas y durante todo el año, Bienservida ofrece a sus visitantes importantes viandas que no dejan indiferente a nadie, así se pueden degustar platos típicos como los andrajos, el gazpacho manchego, la perdiz en escabeche o el potaje de Jueves Santo; sin olvidar los platos más dulces de elaboración casera como los roscos fritos, los suspiros, el arroz dulce o las flores.
Cada 8 de septiembre Bienservida tiene una cita ineludible con sus fiestas patronales en honor a la Virgen de Turruchel. Una festividad religiosa en la que destaca la procesión de la virgen, sus tradicionales vaquillas, encierros y verbenas y un sinfín de actos aptos para todos los públicos. Meses antes, el tercer domingo de mayo, los habitantes de Bienservida trasladan a la virgen a su ermita, la ermita de Turruchel, donde se podrá visitar hasta agosto, cuando los vecinos traen de vuelta a Nuestra Señora del Turruchel a la Iglesia.
Otra de las fiestas destacadas en Bienservida es el 24 de agosto, día del patrón del pueblo, San Bartolomé.
El retablo mayor de la Iglesia de San Bartolomé es una gran joya del Renacimiento que ocupa toda cabecera del altar. Destaca por su majestuosidad y grandes dimensiones. De catorce metros de alto por nueve de ancho, lo preside el titular, San Bartolomé, y se distinguen en él dos partes separadas por un entablamento: la inferior, compuesta por banco y dos cuerpos, es obra plateresca del primer tercio del siglo XVI y se vincula al núcleo toledano; mientras la superior es de inicios del siglo XVII y parece adscribirse al manierismo castellano. Se combina con gran maestría, escultura y pintura, consiguiendo el conjunto una gran unidad estética.
Aunque no está demostrado documentalmente, se atribuye su financiación a la condesa de Paredes, que en el siglo XVI quiso reconocer a esta pequeña villa el trato fiel y sincero que le profirió toda su vida, mandando levantar este bello conjunto que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991.
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