Peñas de San Pedro es un municipio de la Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel que se encuentra a 32 km de la capital provincial. Tiene una población aproximada de 1400 habitantes. Prácticamente hasta inicios del siglo XIX la historia de Peñas de San Pedro ha estado en relación a su castillo-fortaleza, de origen islámico, hasta que una expedición de Alfonso VIII lo convirtió en enclave cristiano en el siglo XIII, en cuya cumbre estuvo situada la localidad hasta que tiempos más tranquilos permitieron que bajara a su actual localización.
Junto a su castillo, Peñas de San Pedro es conocido por el traslado de la imagen del Cristo desde Peñas de San Pedro hasta su santuario en la aldea del Sahúco.
Imprescindible la visita de su castillo. Actualmente se encuentra actualmente en fase de restauración, pero el visitante puede acceder a la meseta donde se encuentra la fortaleza y disfrutar de las impresionantes vistas panorámicas tanto de la llanura de Albacete como de las primeras estribaciones de la sierra. También es posible dar un histórico paseo alrededor de la falda del castillo por el camino recientemente habilitado, y contemplar los restos amurallados.
Otros elementos patrimoniales importantes del municipio es su Ayuntamiento, declarado Bien de Interés Cultural, y la Iglesia de la esperanza, de inicios del siglo XVIII dedicada a la Virgen de la Esperanza, patrona del pueblo. Por último, una visita al Santuario de la Aldea del Sahúco y algunas de las rutas de senderismo que ofrece el entorno, son algunas de las actividades más demandadas por el turista.
El lunes de Pentecostés Peñas de San Pedro se engalana para dar la bienvenida al Cristo del Sahúco que nos acompañará durante los meses de verano. Durante el fin de semana previo se celebran varios actos festivos y culturales, a la vez que las “peñas” se reúnen en sus respectivos locales para compartir una comida armoniosa y una charla gratificante que rompe la monotonía diaria. Llegado el lunes los andarines realizan todos los preparativos para ir al Sahúco y “traer al Santo”. Los peñeros y visitantes se dan cita en la Cruz para recibir al Cristo, un acto sencillo que señala el fin de fiestas.
Fiestas patronales (27 al 31 de agosto): Se celebran nuestras fiestas mayores en el mes de agosto, coincidiendo con la llevada del Cristo desde nuestro pueblo a su santuario en la aldea de El Sahúco. Durante la segunda quincena del mes se celebra la Semana Cultural con teatro, danzas regionales e internacionales, cine, música, etc, que componen las veladas veraniegas y reúnen a todos los peñeros.
La tarde del 27 se inician verdaderamente las fiestas con una cabalgata de charangas y carrozas diseñadas y elaboradas por las peñas, todo un desfile de alegría y buen humor. Pistoletazo de salida para unos días que se vivirán en la calle con incesantes actividades entre las que destacan los encierros de los novillos que se lidiarán por la tarde, de gran popularidad en toda la comarca, sobre todo, por la envergadura de los animales y por el recorrido muy atrayente para quienes pretenden hacerlo corriendo delante de los novillos.
Considerado uno de los enclaves defensivos más importantes de la provincia, el Castillo de Peñas de San Pedro presume de una larga historia desde su inclusión como una de las posiciones fuertes del reino taifa murciano para defender sus límites occidentales frente a las intromisiones de los reinos árabes de Andalucía.
Aún más que el propio castillo, es impresionante la rotunda base de roca en que se asienta. Inaccesible por cualquiera de sus caras, encontramos en su altura restos de muros posiblemente islámicos, un torreón de planta semicircular, y algunas almenas defensivas. Interesantes son los restos de viviendas y cuarteles para los soldados que habitaban el castillo. Existen restos de varios hornos, una balsa para la recogida de aguas de lluvia, conductos para su canalización, y aljibes para su almacenamiento. Su muralla, de origen islámico, de longitud superior a mil metros, rodeaba todo el castillo, aunque hoy encontramos sus restos.
Entre todas las tradiciones relacionadas con Peñas de San Pedro, destaca una que se ha mantenido firme en el transcurrir de los tiempos: traída y llevada del Cristo del Sahúco. Su singularidad es tal que no tiene parangón con ninguna otra tradición conocida. Su pervivencia a lo largo de los años se ha sustentado en la devoción de los hijos de Peñas y de otros muchos pueblos a la imagen del Cristo del Sahúco, una devoción que se ha transmitido de padres a hijos.
La aldea del Sahúco alberga el santuario del Cristo, punto de encuentro de los peñeros en las fechas señaladas de la traída y la llevada del Cristo del Sahúco. El santuario dispone de un albergue parroquial anejo, ideal para grupos amantes de la naturaleza y del recogimiento, donde todos los años algunos jóvenes del municipio y otros pueblos de alrededor se dan cita durante unos días de convivencia en las colonias.
El traslado de la imagen del Cristo desde Peñas de San Pedro hasta su santuario en la aldea del Sahúco es realizado mediante relevos que hacen los cuatro romeros que la portan en cada turno. Ataviados con pantalón y camisa blanca y una faja azul o roja a la cintura, van portando la imagen por riguroso orden a lo largo de quince kilómetros. En la llegada les esperan miles de personas, aguardando contemplar cómo la imagen es sacada del sepulcro y puesta en las andas, para seguir la procesión hasta la Iglesia de Peñas.
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