Peñascosa se encuentra situado en la Sierra de Alcaraz, a 85 km de la capital provincial. Cuenta aproximadamente con 330 habitantes. Peñascosa presenta una inimaginable riqueza natural y paisajística. Con más de 12.000 hectáreas de montes de utilidad pública y áreas de protección especial. Así mismo, en Peñascosa existe una variedad de flora y árboles singulares en número y concentración excepcional. En cuanto a la fauna, destaca la presencia de diversas especies de rapaces protegidas cuya presencia se ve reducida a escasos lugares en la Península Ibérica.
Para Peñascosa es muy valioso el Pino del Roble. La importancia de este árbol en nuestro municipio es tal que desde hace décadas es el símbolo del pueblo. Su silueta aparece en los más diversos lugares (establecimientos de restauración, comercios, plaza de toros, casa de la cultura…) y objetos (guías turísticas, adornos de cerámica, equipaciones deportivas, pegatinas…). Fuera del término municipal, es un árbol muy conocido en toda la provincia y limítrofes. No en vano, se ha incluido en todos los catálogos de árboles singulares hasta la fecha elaborados en la comarca y provincia.
Peñascosa destaca por su riqueza natural. La mayor parte de los árboles del término municipal son pinos, encinas y robles. Hay algunos ejemplares de abetos y olmos. Existen varios árboles singulares en el término municipal de Peñascosa. Uno de los más destacados es el Pino del Roble, extraña simbiosis entre un roble y un pino que nace de su tronco. Este árbol forma parte del escudo de la localidad. Se encuentra a unos 5 km de Peñascosa, junto a la pista que conduce a los campamentos del Mal Paso y de la Fuente de la Peña. Otros árboles singulares son: el Pino de la Cañada del Rancho, el Roble Gordo de Caballería, la Carrasca de la Centella, el Pino Tirachinas, el Pino Patón, el Pino Calixto y el Pino de la Cucaña. Todos ellos tienen un gran atractivo y se recomienda su vista, pues son bellos ejemplares, cada uno de ellos con su propia historia, para ello existe la Ruta Árboles Singulares, junto a otras rutas, que dejarán fascinado al visitante. Para que turista pueda disfrutar plenamente de esta riqueza natural es ideal pasar unos días en los Campamentos de Peñascosa.
Las principales fiestas que Peñascosa y sus pedanías realizan a lo largo del año son las siguientes:
Hará unos cuarenta años, un pájaro o el viento, arrastró una semilla de pino carrasco hasta la cruz del roble, ya centenerio. Allí encontró protección para germinar, y germinó. Unos pastores, que aún viven, observaron el curioso fenómeno y, desde el primer momento, se cuidaron de que el pinito recién nacido no fuera destruido por nadie de los que circulaban por el paraje en que se encuentra. Y el pino, en aquel ambiente, se desarrolló; su parte aérea produjo la destrucción de algunas ramas de su protector, pero ello no ha sido obstáculo para que la vida común continúe vigorosa; sus raíces a través del leño del roble, hoy llegan al suelo, sin que la parte activa del tronco de éste sufra lo más mínimo. Y así viven, causando la admiración de todos los que pasan por la «Cañada de Caballería» del monte Moheda Llana, de los propios de Peñascosa (Albacete).
En la actualidad esa convivencia ya no es tan «perfecta». El pino hace ya años que, al ser más joven y vigoroso que el roble, desgajó el tronco del roble. La altura del pino dobla a la del roble. Fue declarado árbol europeo.
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